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Boca eliminó a Vélez en los penales
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Boca eliminó a Vélez en los penales

Fue 5 a 4, tras empatar sin goles en los 90 miuntos. El domingo enfrentará a Argentinos Juniors por una de las semifinales de la Copa de la Superliga.

Por REDACCIÓN SUPERDEPOR

Boca Juniors se clasificó a las semifinales de la Copa de la Superliga al vencer este jueves a la noche por tiros penales a Vélez Sarsfield por 5 a 4 luego de empatar hoy como en la ida 0 a 0, al cabo de un encuentro que, como en el que se jugó en Liniers, el arquero "xeneize" Esteban Andrada terminó convirtiéndose en figura por la superioridad de su rival.

Ahora Boca jugará con Argentinos Juniors en una de las semifinales, mientras que la otra la protagonizarán Atlético Tucumán y Tigre.
El partido se inició con superioridad boquense, ya que se lanzó en pos del gol desde el pitazo inicial del cuestionado árbitro Fernando Espinoza (sobre todo por la gente de Vélez), buscando quebrar el cero con el que había finalizado el "primer tiempo" de 90 minutos en Liniers.

Claro que a ese dominio boquense le faltó la pausa que solamente en el plantel es capaz de otorgarle el lesionado Emanuel Reynoso, y por consecuencia todo lo de los dirigidos por Gustavo Alvaro fue tan intenso como farragoso.

Es que los estandartes de ese impulso ofensivo eran Mauro Zárate, bastante "perseguido" por sus ex compañeros (él tampoco colaboró con ciertas actitudes que enardecieron a los jugadores velezanos), Sebastián Villa, que arrancó como volante izquierdo dentro de una línea de cinco defensiva que propuso Alfaro, con tres mediocampistas y el ex "fortinero", y Carlos Tevez jugando "al espacio" del nueve.

Es que la ausencia del desgarrado Ramón Ábila y la de Darío Benedetto, que arrancó en el banco de suplentes porque llegó a este encuentro entre algodones, fueron carencias que lo emparentaron con Vélez a la hora de tener que resolver en el área rival.

Por eso el ímpetu "xeneize" se fue apagando en la medida que los chicos de Vélez se fueron sacando de encima otra presión, la del marco, y empezaron a jugar como tan bien les propone su director técnico, Gabriel Heinze.

Entonces el que recogió el guante fue Nahitan Nández, que a partir de su natural despliegue intentó mantener el equilibrio en la mitad de la cancha, que de a poco se empezó a convertir en zona de tránsito rápido para los visitantes.

Un mano a mano de Villa bien resuelto por el arquero Lucas Hoyos con la pierna izquierda y un tiro libre de Zárate en el travesaño, resumieron las dos acciones de máximo riesgo que pudieron llevar a los auriazules gananciosos a los vestuarios. Claro que en medio de ambas acciones hubo un claro penal de Emmanuel Mas a Joaquín Laso que Espinoza ignoró, tras un centro de Lucas Robertone desde la derecha.

Pero en la segunda mitad el partido tuvo un desarrollo diferente, ya que los jóvenes velezanos se despojaron totalmente de sus ataduras iniciales y con presión alta y cierto vuelo futbolístico comenzaron a entrarle a Boca por todos lados, hasta convertir nuevamente al arquero Esteban Andrada en figura, tal como había sucedido en los últimos minutos del cotejo de ida en el José Amalfitani.

La conducción del zurdo Gastón Giménez, incorporado a último momento a la lista de 40 convocados al seleccionado argentino por Lionel Scaloni para la Copa América de Brasil le dio el toque de distinción que hacía más vistoso el dominio de los de Liniers.
Y otro jugador que incidió para que Vélez generara frecuentes opciones obturadas por Andrada en forma sucesiva fue el juvenil (18 años, increíblemente el técnico Fernando Batista no lo llevará al Mundial sub 20 de Polonia) Thiago Almada, que reemplazó a un Matías Vargas, de correcta labor, apenas superados los 10 minutos de esa etapa final.

Tanta era la superioridad que marcaba Vélez con su fútbol en el tramo decisivo del encuentro de la mano de Almada que por impotencia Carlos Izquierdoz le cometió una violenta falta en el borde externo del área que derivó en una merecida tarjeta roja directa.
Y si 11 contra 11 Vélez era más, ni que hablar en esos 10 minutos finales con superioridad numérica, cuando decididamente el visitante hizo los méritos como para llevarse la victoria.

Pero falló Vélez en la puntada final y también Braian Cufré en los tiros penales, algo que no sucedió con los rematadores boquenses, incluyendo a Zárate, que innecesariamente celebró el suyo, tercero de la serie, como provocando a sus rivales, con los que había tenido duros cruces durante el partido y a su término, especialmente con Leandro Fernández.

Alfaro se tomó revancha de una definición por penales anterior por Copa Argentina en la que Heinze le había ganado cuando él dirigía a Huracán, luego de un empate 1 a 1 en la cancha de Argentinos Juniors, justamente el equipo al que Boca deberá enfrentar el próximo domingo a las 18.45 en el encuentro de ida de las semifinales en La Paternal.

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Fue 5 a 4, tras empatar sin goles en los 90 miuntos. El domingo enfrentará a Argentinos Juniors por una de las semifinales de la Copa de la Superliga.

Boca Juniors se clasificó a las semifinales de la Copa de la Superliga al vencer este jueves a la noche por tiros penales a Vélez Sarsfield por 5 a 4 luego de empatar hoy como en la ida 0 a 0, al cabo de un encuentro que, como en el que se jugó en Liniers, el arquero "xeneize" Esteban Andrada terminó convirtiéndose en figura por la superioridad de su rival.

Ahora Boca jugará con Argentinos Juniors en una de las semifinales, mientras que la otra la protagonizarán Atlético Tucumán y Tigre.
El partido se inició con superioridad boquense, ya que se lanzó en pos del gol desde el pitazo inicial del cuestionado árbitro Fernando Espinoza (sobre todo por la gente de Vélez), buscando quebrar el cero con el que había finalizado el "primer tiempo" de 90 minutos en Liniers.

Claro que a ese dominio boquense le faltó la pausa que solamente en el plantel es capaz de otorgarle el lesionado Emanuel Reynoso, y por consecuencia todo lo de los dirigidos por Gustavo Alvaro fue tan intenso como farragoso.

Es que los estandartes de ese impulso ofensivo eran Mauro Zárate, bastante "perseguido" por sus ex compañeros (él tampoco colaboró con ciertas actitudes que enardecieron a los jugadores velezanos), Sebastián Villa, que arrancó como volante izquierdo dentro de una línea de cinco defensiva que propuso Alfaro, con tres mediocampistas y el ex "fortinero", y Carlos Tevez jugando "al espacio" del nueve.

Es que la ausencia del desgarrado Ramón Ábila y la de Darío Benedetto, que arrancó en el banco de suplentes porque llegó a este encuentro entre algodones, fueron carencias que lo emparentaron con Vélez a la hora de tener que resolver en el área rival.

Por eso el ímpetu "xeneize" se fue apagando en la medida que los chicos de Vélez se fueron sacando de encima otra presión, la del marco, y empezaron a jugar como tan bien les propone su director técnico, Gabriel Heinze.

Entonces el que recogió el guante fue Nahitan Nández, que a partir de su natural despliegue intentó mantener el equilibrio en la mitad de la cancha, que de a poco se empezó a convertir en zona de tránsito rápido para los visitantes.

Un mano a mano de Villa bien resuelto por el arquero Lucas Hoyos con la pierna izquierda y un tiro libre de Zárate en el travesaño, resumieron las dos acciones de máximo riesgo que pudieron llevar a los auriazules gananciosos a los vestuarios. Claro que en medio de ambas acciones hubo un claro penal de Emmanuel Mas a Joaquín Laso que Espinoza ignoró, tras un centro de Lucas Robertone desde la derecha.

Pero en la segunda mitad el partido tuvo un desarrollo diferente, ya que los jóvenes velezanos se despojaron totalmente de sus ataduras iniciales y con presión alta y cierto vuelo futbolístico comenzaron a entrarle a Boca por todos lados, hasta convertir nuevamente al arquero Esteban Andrada en figura, tal como había sucedido en los últimos minutos del cotejo de ida en el José Amalfitani.

La conducción del zurdo Gastón Giménez, incorporado a último momento a la lista de 40 convocados al seleccionado argentino por Lionel Scaloni para la Copa América de Brasil le dio el toque de distinción que hacía más vistoso el dominio de los de Liniers.
Y otro jugador que incidió para que Vélez generara frecuentes opciones obturadas por Andrada en forma sucesiva fue el juvenil (18 años, increíblemente el técnico Fernando Batista no lo llevará al Mundial sub 20 de Polonia) Thiago Almada, que reemplazó a un Matías Vargas, de correcta labor, apenas superados los 10 minutos de esa etapa final.

Tanta era la superioridad que marcaba Vélez con su fútbol en el tramo decisivo del encuentro de la mano de Almada que por impotencia Carlos Izquierdoz le cometió una violenta falta en el borde externo del área que derivó en una merecida tarjeta roja directa.
Y si 11 contra 11 Vélez era más, ni que hablar en esos 10 minutos finales con superioridad numérica, cuando decididamente el visitante hizo los méritos como para llevarse la victoria.

Pero falló Vélez en la puntada final y también Braian Cufré en los tiros penales, algo que no sucedió con los rematadores boquenses, incluyendo a Zárate, que innecesariamente celebró el suyo, tercero de la serie, como provocando a sus rivales, con los que había tenido duros cruces durante el partido y a su término, especialmente con Leandro Fernández.

Alfaro se tomó revancha de una definición por penales anterior por Copa Argentina en la que Heinze le había ganado cuando él dirigía a Huracán, luego de un empate 1 a 1 en la cancha de Argentinos Juniors, justamente el equipo al que Boca deberá enfrentar el próximo domingo a las 18.45 en el encuentro de ida de las semifinales en La Paternal.

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