El conjunto dirigido por Marcelo Vázquez logró clasificar a la final del torneo, dejando a un River Plate que no logró capitalizar su dominio en los 90 minutos y cayó nuevamente en una serie desde el punto del penal, un terreno donde había mostrado cierta mejoría en las últimas semanas.

El encuentro, jugado en el estadio Mario Kempes de Córdoba, fue testigo de un clima inusual. Un temporal de lluvia y viento interrumpió el flujo normal del juego, y la organización se vio obligada a suspender el partido por más de 40 minutos en el primer tiempo debido a las malas condiciones del campo. A pesar de la dificultad que supuso el clima, ambos equipos intentaron imponer su juego, aunque la calidad del espectáculo se vio afectada por la lluvia torrencial que no cesó durante el desarrollo del encuentro.

River Plate, como era de esperar, asumió la posesión del balón desde el inicio, pero no logró perforar la sólida defensa de Independiente Rivadavia, que, con mucha concentración y trabajo táctico, mantuvo su arco invicto hasta el final de los 90 minutos. La figura del arquero de la Lepra, Ezequiel Centurión, fue fundamental para que el conjunto mendocino pudiera llegar a la definición por penales con esperanzas intactas.

Con el empate 0-0 al finalizar el tiempo reglamentario, el destino del partido quedó en manos de los penales. Ezequiel Centurión se convirtió en el héroe de la jornada al atajar el penal ejecutado por Miguel Borja, uno de los hombres más experimentados de River Plate. Pero no solo Borja erró: Giuliano Galoppo también falló al lanzar su penal por encima del travesaño, lo que complicó aún más las posibilidades del equipo de Gallardo.

Por el lado de Independiente Rivadavia, la única falla llegó por parte de Leonard Costa, quien disparó desviado. Sin embargo, la tranquilidad de Sebastián Villa, quien convirtió su penal sin problemas, fue suficiente para asegurar el pase a la final para la Lepra.