Tras el 0-2 sufrido en Río Cuarto, el equipo de Leandro Gracián está obligado a una actuación mayúscula, de esas que quedan grabadas en la memoria colectiva: ganar por dos para llevar la serie a los penales o por tres tantos para asegurarse, sin intermediarios, el ascenso a la Liga Profesional.
Madryn se apoya en un presente local que invita a creer. Acumula 15 partidos sin derrota en el Abel Sastre y llega con una racha contundente de 10 victorias consecutivas como local, un registro que sostiene su esperanza de remontar. Enfrente estará un rival que construyó buena parte de su campaña en terreno ajeno: Estudiantes ha tenido un rendimiento sólido fuera de casa, y esa fortaleza es el principal argumento del equipo cordobés para defender la ventaja obtenida en la ida.
La misión aurinegra es tan posible como exigente. Para revertir la serie deberá firmar su mejor actuación del año en términos de diferencia de gol y, además, quebrar a un rival que rara vez concede más de un tanto. Será un duelo donde el peso del contexto, la estadística y el carácter se fundirán en un escenario de todo o nada, con un ascenso en disputa y una ciudad movilizada detrás de la ilusión.
En lo futbolístico, Madryn recuperará una pieza clave: Germán Rivero quedó habilitado tras cumplir la sanción por los incidentes en la semifinal ante Morón. El goleador volverá a compartir ataque con el “Tanque” Silba, devolviéndole a Gracián la dupla ofensiva que mejores réditos le dio a lo largo del torneo. El resto del equipo no tendría modificaciones, más allá de la ausencia de Bruno Pérez, cuyo lugar ocuparía Thiago Nicolás, aunque también aparece Ezequiel Montagna como alternativa desde el arranque.
El once probable del “Aurinegro” sería: Yair Bonnin; Agustín Sosa, Facundo Giacopuzzi, Santiago Postel y Diego Martínez; Thiago Nicolás o Ezequiel Montagna, Federico Recalde, Nazareno Solís y Diego Crego; Luis Silba y Germán Rivero.
Por su parte, Estudiantes viajó a Madryn prácticamente con la misma base que ganó en la ida. La probable formación del conjunto cordobés es: Brian Olivera; Juan Antonini, Gonzalo Maffini, Sergio Ojeda y Lucas Angelini; Agustín Morales, Alejandro Cabrera, Lucas González y Mauro Valiente; Martín Garnerone o Javier Ferreira y Lucas “Topo” González.
Más allá de los esquemas y las variantes, el centro de la escena lo ocupará la urgencia del gol. Madryn necesita anotar al menos dos veces para igualar la serie, tres o más para subir. En este tipo de definiciones, la memoria suele buscar antecedentes que alimenten la esperanza. El más resonante es el de
2014, cuando, también frente a Estudiantes y también en el Abel Sastre, Madryn dio vuelta una final: perdió 1-0 en Córdoba y ganó 4-0 de local, con los recordados tantos de Parolari, Michelena, Domini y Bordaberry.
Once años después, la historia vuelve a poner a ambos equipos frente a frente en una instancia decisiva. Y otra vez, el “Aurinegro” necesita una actuación memorable. El desafío es grande; la oportunidad, única.