El equipo dirigido por Mario Sotosca cerró la fase regular en el tercer puesto, superando ampliamente las expectativas iniciales en un torneo donde varios rivales presentaron planteles más experimentados y tuvieron a su alcance mayores recursos económicos.
Desde el inicio, Ferro apostó a consolidar una identidad, priorizando el desarrollo de jugadores formados en la institución. Ese proceso, que en las primeras fechas mostró altibajos lógicos, tuvo su recompensa en el tramo final del campeonato: cuatro victorias consecutivas que lo catapultaron a la clasificación.
El análisis de la campaña deja varios puntos altos.
En el plano estadístico, Emiliano Sombra fue el goleador del equipo con 120 puntos, mientras que Bruno Marani tuvo el mejor promedio, con 98 puntos en 7 juegos. Pero lo verdaderamente relevante pasó por la rotación y amplitud del plantel: Sotosca utilizó 15 jugadores durante el torneo, y cinco de ellos —Matías Sales, Joaquín González, Sombra, Santiago Avendaño y Javier Den Dauw, tuvieron presencia perfecta en los diez encuentros.
En el desarrollo del torneo hubo partidos bisagra que explican el presente del equipo. El ajustado encuentro ante Náutico en la segunda fecha, pese a la derrota, marcó el nivel competitivo de Ferro frente a uno de los candidatos. Luego llegó la victoria contundente sobre Petroquímica, que dejó al rival en apenas 36 puntos —una muestra del poder defensivo que caracteriza al equipo—, y la remontada ante Federación Deportiva, que consolidó la confianza del grupo.
Finalmente, las dos victorias frente a Hispano Americano sellaron la clasificación y confirmaron que la Maquinita estaba preparada para pelear de igual a igual con cualquiera.
El balance no puede ser más alentador. Ferro construyó su lugar en la Final Four con trabajo y sentido de pertenencia. Más allá del resultado que se obtenga en Trelew el 15 y 16 de noviembre, donde enfrentará a Náutico de Rada Tilly en semifinales, el equipo ya demostró que su proyecto va más allá de una temporada.