Hilos, tejidos, vellón, fieltro y naturaleza en el puesto de Mariela

Mariela en realidad se llama María Isabel. Para llegar al puestito hay que entrar por la Ruta Nacional 40, doblar hacia el Puente Salamín (por debajo cruza el río Epuyén) y tomar el camino que va a Puerto Patriada. Lleno de colorido, como suelen ser los puestos de la Comarca Andina, sobresale el puesto de artesanías en la ruta a Patriada.

Se llama “Maqui” en honor a la fruta silvestre que es usada por las tejedoras para teñir la lana. Las raíces del maqui tiñen a la lana con colores violetas. El primer teñido de lana que efectuó Mariela fue con el maqui, por eso decidió bautizar a su puesto con ese nombre.

En el puesto se vende lana hilada, ropa en fieltro, zapatos en fieltro, chalecos, ropa para niños, ponchos, mañanitas, guantes, medias, sombreros, gorros, llaveros, imanes, prendedores, capelinas de lana hilada a crochet, ropa para bebés, portacelulares, agarraderas, portanotebooks. Y la lana teñida con miles de plantas y frutos, como la lana que recibió tintura sacada de las nueces.

Se venden también cerezas y frutillas y huevos caseros, todo de la huerta. Y almohaditas de descanso rellenas con lavanda, que suele confeccionar la nieta de Mariela, Malena, pequeña artesana de fieltro también.

OVEJA, LANA, HILO Y ARTE

Mariela contó su historia de trabajo y del amor por la suavidad de la lana, del vellón, y hasta de las ovejas que tiene en su chacra y que le generan la materia prima. “Soy hilandera, tejedora, fieltrera y artesana. Yo elegí vivir en El Hoyo, en Rincón de Lobos.

“Mi trabajo comienza con el cuidado de las ovejas. Yo no compro la lana, crío ovejas, así que en tiempos de esquila viene el esquilador, Aureleano, que esquila a mano, ya que la lana que yo utilizo no puede ser extraída de la oveja con máquina. Aureleano vive acá en Rincón de Lobos y esquila desde los 9 años”.

Hay que esquilar a la oveja en forma manual, considera, “porque después para las tejedoras es más fácil de hilar, el hilo queda más largo. Este esquilador le pone mucho empeño, corta bien el vellón”.

Dice que cuando la lana está apelmazada es porque las ovejas se refugian en lugares no apropiados, a veces “descansan en su excremento u orina; entonces sale una lana apelmazada y que resulta difícil hilarla”, dijo a EL CHUBUT.

La lana de oveja, definió, “es un material muy noble, muy suave, que te lleva a ejercitar las manos y sirve para acomodar el estrés y hasta el carácter. Me gusta hacer esto”.

TIEMPOS DIFICILES

Lamentablemente “nuestro trabajo no es reconocido, No es fácil. La labor de un artesano es manual, lleva horas y horas de trabajo. En mi caso con la cría de ovejas y la esquila.

“Ahora en tiempos de Covid, los artesanos hemos tenido tiempos difíciles”, dijo, señalando que por ahora “en mi caso me han permitido abrir mi puestito los días domingos y sólo para la gente de la Comarca.

“Hay mucho manoseo a los artesanos, que no nos dan la posibilidad de salir a la calle a vender. Por eso opté por vender en el lugar donde vivo”.

Mariela cuando habló de la nobleza de la lana dijo que trabajarla y hacer artesanías y tejidos le ha dado serenidad y tranquilidad en días de pandemia, y que sus hijos y nietos también realizan artesanías. Que la lana de oveja “relaja”.

Por lo que “ahora en tiempos de fiestas los invito a todos a que se acerquen para regalar artesanías de Rincón de Lobos, hechas con fieltro en todas sus manifestaciones, “trabajos cuidados y precios cuidados”, dijo esta vecina, que además conoce los secretos de la recolección de hongos, las propietarias de las plantas y frutos que tiñen y sanan, la historia de los rincones de El Hoyo y de ese rincón en particular, lleno de montañas, belleza y bohemia