El equipo masculino de primera división de Ferrocarril Patagónico cerró su participación en el Torneo Clausura de la Abech, con luces y sombras, pero con un saldo positivo desde una perspectiva más profunda que la meramente numérica.
Si bien los resultados iniciales sembraron dudas, el desarrollo del torneo mostró el crecimiento de un equipo joven y con proyección, que apuesta al futuro sustentado en sus propias formativas.
UN INICIO COMPLICADO, PERO UN CIERRE PROMETEDOR
El arranque del torneo no fue ideal: tres derrotas consecutivas marcaron un comienzo cuesta arriba para Ferro. Si bien lograron una victoria ante Racing, volvieron a caer en otros tres encuentros consecutivos. Sin embargo, el equipo mostró una notable evolución en la segunda mitad del campeonato, logrando seis triunfos en los últimos ocho partidos, incluyendo un destacado triunfo ante Deportivo Madryn como visitante en la última fecha de la fase regular.
La base del equipo estuvo conformada por jugadores muy jóvenes, complementados con algunos referentes experimentados. Entre los adultos destacados se encuentra Gabriel Echave, quien llegó desde Brown a principios de año y rápidamente asumió el rol de líder. El base tuvo una evolución notable, sumando no solo organización y distribución de juego, sino también gol: promedió 19 puntos por partido en el Torneo Oficial, frente a los 12 que marcó en la Apertura.
Joaquín González, por su parte, dejó de ser una promesa para convertirse en una realidad tangible. Su juego silencioso, pero determinante le permitió ser pieza clave en varios partidos, aunque todavía tiene margen para alcanzar su máximo potencial.
Entre los jugadores de experiencia, Agustín Giovanoli aportó calma en momentos de vértigo, mientras que Lucas Marani fue una de las principales vías de gol. Leonardo Sanabria, con su potencia física, dominó debajo del aro, y Galo Vega Costa inyectó energía, sumó puntos clave y fue elegido como el deportista del año en el club, durante los premios Caleta.
LOS JUVENILES, LA APUESTA MÁS VALIOSA
El verdadero punto fuerte de Ferro radica en sus divisiones formativas. Matías Sales, todavía en edad juvenil, ganó protagonismo como base y demostró que es un proyecto firme para el futuro. Su hermano Thiago, con minutos limitados, pero significativos en Primera, siendo aún un Sub-17, también dejó buenas sensaciones. Sin embargo, el nombre que más ilusiona es el de Tomás Martín, un base de apenas 16 años que demostró talento, jerarquía y capacidad para competir, incluso, otorgando varios años de desventaja frente a jugadores ya afianzados.
CUERPO TÉCNICO Y SUS DESAFÍOS
Bajo la conducción de Mario Sotosca, el equipo fue de menor a mayor, mostrando progreso a medida que avanzaba el torneo. Si bien lograron grandes actuaciones, como el triunfo ante Madryn o la victoria contra Huracán en dos de los tres enfrentamientos, la irregularidad y la falta aun de madurez se hicieron evidentes en momentos clave. La eliminación ante Germinal, perdiendo ambos partidos como local pese a tener ventaja deportiva, fue un reflejo de esta situación. Y la derrota con Brown, durante la fase regular, tras dominar todo el partido, también.
En términos de resultados, la campaña puede parecer discreta. Sin embargo, el verdadero análisis debe considerar el trabajo que está realizando el club en las divisiones inferiores. La apuesta por los jóvenes y la consolidación de un proyecto a largo plazo prometen resultados más sólidos en el futuro cercano.
Con un plantel que combina juventud y experiencia, una base de formativas fuerte, y un trabajo dirigencial y técnico comprometido, Ferrocarril Patagónico está construyendo un equipo con proyección. Si se mantiene esta línea de desarrollo, no hay dudas de que pronto llegarán los frutos de este esfuerzo sostenido.