Guillermo Brown inicia una nueva etapa en su historia futbolística con el regreso a la tercera categoría del fútbol argentino tras una década en la Primera Nacional. No es un comienzo sencillo: el club atraviesa una situación deportiva y económica que lo pone lejos de los principales candidatos al ascenso. En ese contexto aparece Gabriel Nasta, exjugador de la institución, ahora con la responsabilidad de liderar un equipo joven y con muchas incógnitas por resolver.
El regreso de Brown al Torneo Federal A marca un punto de inflexión. Luego de 10 temporadas en la segunda división, con campañas que incluyeron peleas por ascender a la máxima categoría, el club debe adaptarse a una realidad diferente, con menos recursos y sin la estructura consolidada de otros años. El objetivo inmediato no parece ser el ascenso, sino la construcción de un equipo competitivo que pueda evolucionar con el correr del torneo.
EQUIPO EN FORMACIÓN Y PREPARACIÓN ACOTADA
El armado del plantel no fue sencillo. Brown llegó tarde al mercado y su presupuesto quedó por debajo de equipos como Olimpo, Villa Mitre, Cipolletti y Santamarina de Tandil, que se reforzaron con jugadores de experiencia y apuestan fuerte para subir. Incluso otros clubes de la misma zona lograron mejores condiciones económicas que la Banda, aunque sin una diferencia tan amplia.
Además, el tiempo de preparación fue menor al ideal. La pretemporada comenzó más tarde que la de sus rivales, lo que supone una desventaja inicial, sobre todo en las primeras fechas, donde el ritmo de juego puede ser determinante. Sin embargo, este contexto también abre una oportunidad: con menos presión y sin la obligación de estar en los primeros puestos desde el inicio, Brown puede enfocarse en consolidar su idea de juego sin la urgencia de tener que ir por el ascenso en esta temporada.
El plantel está conformado en su mayoría por jugadores jóvenes, sin grandes figuras, pero con hambre de protagonismo. En este aspecto, la figura de Nasta será clave. Su conocimiento de la categoría y su capacidad para sacar lo mejor de planteles sin figuras pueden ser la herramienta que equilibre la balanza frente a equipos con mayor inversión.
UN ARRANQUE EXIGENTE
El fixture en el inicio es de lo más exigente. Brown debutará ante Germinal, un rival que maneja un presupuesto similar, pero que llega con ventaja en preparación y con un cuerpo técnico que mostró buenos resultados el año pasado. Si bien los dos equipos parten con expectativas similares, Germinal contará con el beneficio del rodaje previo y la localía.
Después, el panorama se complica aún más: en la segunda fecha Brown será local ante Olimpo, uno de los principales candidatos al ascenso y con un plantel repleto de jerarquía para la categoría. Luego, en la tercera jornada, visitará a Cipolletti, que en esta temporada ha reforzado su estructura económica y futbolística con la intención de estar en la pelea grande.
Estos primeros partidos pondrán a prueba al equipo de Nasta. Más allá de los resultados, serán claves para empezar a definir la identidad del equipo y evaluar cómo responde ante rivales que llegan con más rodaje y expectativas de ascenso.
EL HINCHA Y UN SUEÑO QUE NO SE APAGA
A pesar del contexto, el hincha de Brown mantiene la ilusión intacta. Se había organizado un viaje masivo para acompañar al equipo en Rawson, aunque finalmente no se permitirá el ingreso de la parcialidad visitante. Este detalle refleja el apoyo y la expectativa que hay alrededor del equipo, más allá de la realidad deportiva y económica.
Si bien Brown no aparece en la lista de máximos aspirantes al ascenso, la historia del club y su trayectoria en la categoría generan respeto. En el fútbol, la lógica presupuestaria no siempre define los resultados. Si el equipo logra consolidar una identidad y superar las dificultades iniciales, puede convertirse en un rival incómodo para cualquiera.
El camino será largo y con obstáculos, pero Brown tiene algo a su favor: no carga con la presión de ser favorito, lo que le permite trabajar con menos urgencias y encontrar su mejor versión con el correr del torneo. La reconstrucción ya comenzó, y aunque el ascenso no parezca una obligación inmediata, la ilusión del hincha sigue intacta.