Deportes hay para todos los gustos, pero hay uno que particularmente se remonta a tiempos muy lejanos y es practicado por un selecto grupo de aficionados. Nos referimos a la actividad colombófica, conocida como el deporte de la paloma mensajera.
En nuestra redacción tuvimos la oportunidad de recibir -escuchar y aprender bastante sobre la colombofilia- a Miguel Guiraudo, un santafesino radicado en Trelew desde hace unos años, apasionado por una actividad que desde muy chiquito marcó su vida.
Seguidamente brindamos textualmente un informe sobre la actividad colombófila en nuestro medio, cuyos datos fueron proporcionados por Guiraudo.
«Alas Francas» es la entidad que agrupa desde el 2001 a los colombófilos de Trelew, Puerto Madryn, y demás localidades vecinas.
Vale remarcar que la colombofilia es la práctica deportiva que se lleva a cabo con palomas mensajeras. Esta ave, deportista alada, tiene la capacidad innata de volver a su palomar -donde ha nacido- cuando se la deja en libertad, desde grandes distancias.
Ello se logra en base a un gran entrenamiento que consiste en hacerlas volar todos los días, que lo hacen en banda sobre el palomar, y a medida que van logrando que sus músculos y plumaje adquieran un estado óptimo ya se las puede mandar a competir.
Aún no se ha logrado establecer positivamente en qué consiste el maravilloso instinto de orientación que les permite volver al palomar donde han nacido.
Sí quiero -explicaba Miguel- dejar bien claro que existe en casi todas las personas una errónea apreciación de cómo actúa una paloma mensajera. La mayoría piensa que la paloma, a pedido de su propietario, lleva un mensaje a la otra persona. Es todo lo contrario; yo le doy la mensajera a esa persona. El se la lleva a su casa en otra localidad, le coloca el mensaje en una de sus patas, la suelta, y esa paloma regresa a mi domicilio portando el mensaje. No culpo a la gente, creo que nosotros los colombófilos, no lo supimos difundir.
«Alas Francas» está afiliada a la entidad madre, la Federación Colombófila Argentina, que se fundó en el año 1886. Es decir hace 131 años que este hobby/deporte es practicado en nuestro país.
Las palomas mensajeras tiene una protección por Ley Provincial Nº 12.913 (decreto 17160/43), pues las mismas son de utilidad pública al ser utilizadas por el Ejército y Marina de Guerra para el envío de mensajes desde distintos puntos del país.
Debe aclararse que las palomas mensajeras fueron utilizadas en la primera y segunda guerra mundial, y que han tenido muchas condecoraciones por llevar mensajes importantes.
En nuestro país hay 180 asociaciones, todas afiliadas a la Federación Colombófila Argentina, y la actividad es practicada por más de 2.500 aficionados.
La F.C.A vende anualmente unos 150.000 anillos para que los aficionados anillen los pichones (ello se lleva a cabo a los siete días de nacidos, y la sigla que los identifica es la siguiente: FCA, Argentina; año y una numeración correlativa que puede ser 357.156 y 357.157 y siguientes; éste es el DNI de cada paloma.
«Alas Francas» agrupa a más de 215 asociados (Alessanco, M. Miquelarena, Albornoz, C. García, M. García, Guiraudo, Mardones, Malerva, Monje, Patterson, Vallejos, entre otros; algunos hijos de los mismos, y una muy reciente colombofilia de tercera generación.
En la actualidad se lleva a cabo el campeonato anual denominado «Don Guido Signorotto», en homenaje a quien fuera uno de los precursores de este deporte.
El mismo consiste en la realización de 14 concursos que dieron comienzo en el mes de junio y que finalizará en el mes de noviembre, desde Bahía Blanca o Coronel Pringles, con distancias superiores a los 700 kilómetros.
Todos los sábados los colombófilos se reúnen en Trelew en la casa de M. García, llevan las palomas que competirán en cada concurso, la planilla con los números de cada ejemplar, que en la otra pata tiene un chip, y se la deposita en canastas especiales. Luego, un transporte automotor las llevará a cada punto de suelta, y el domingo se les da libertad para que cada una llegue al palomar donde nació. Mediante gateras especiales, al ingresar la paloma se determina la hora, minuto y segundo en que llegó. Como las distancias entre los palomares participantes es diferente, previamente mediante la longitud y latitud que cada una posee se determina la distancia exacta que hay desde el punto de suelta a cada paloma. Luego, con los datos que cada gatera suministra se determina la velocidad que cada paloma puso para cubrir esa distancia.
De esta manera se obtiene la clasificación general, ganando siempre la más veloz, y correlativamente las siguientes.
Debe destacarse que para cubrir gastos de traslado de los ejemplares a cada localidad, se ha contado con la inestimable colaboración de la firma Estación de Servicio ESSA de la familia Nasso.
Por último, en el año 2015 nuestro deporte ingresó en la Secretaría de Deportes de la Nación, mediante la Ley 27.171. Todas las personas, desde los 10 a los 90 años que puedan estar interesadas en la práctica de este noble y apasionado deporte. Pueden consultar con A. Patterson (0280-154-670937); Carlos García (0280-154601637); Mariano Miquelarena (0280-154662355); Miguel Guiraudo (0280-154-711748), y serán asesorados y bienvenidos.