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Falleció el contador Enrique Riba, un apasionado de las Olimpiadas
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Falleció el contador Enrique Riba, un apasionado de las Olimpiadas

Este lunes, a sus 89 años falleció el Contador Enrique Riba, un apasionado del deporte y de los Juegos Olímpicos.

Por REDACCIÓN SUPERDEPOR

Enrique Riba, no solo fue un gran pilar de esta sociedad por todo lo que profesionalmente le entregó durante 66 años -se afincó en Trelew en el año 1953- además de ser un apasionado por el deporte, desde el año 1968 en México a la actualidad no dejó de asistir a ningún Juego Olímpico, sumando 13 consecutivos.
Nació en Santa Fe, fue un hijo adoptivo de Trelew donde desarrolló su vida profesional y armó una exitosa familia. Fue un pasionario del deporte y un día se enfermó de Juegos Olímpicos. En marzo de 2018 había confesado que su gran objetivo era poder estar en Tokio 2020 «Estoy buscando una compañía para viajar porque para ese entonces voy a tener 90 años y es muy lejos para que ande solo».

UNA HISTORIA DE VIDA 
El contador Enrique Riba fue oriundo de Santa Fe. Allí dio sus primeros pasos en la vida y se formó como profesional, ya que a los 23 años se recibió de Contador Público.
Corría el año 1953 y Don Enrique preparaba la valija y sacaba pasaje a Trelew, un lugar por aquellos años desconocido para él y la gran mayoría de los argentinos.
Don Enrique a lo largo de la nota no se cansó de repetir que en su llegada a Trelew encontró una gran solidaridad «muchas fueron las manos extendidas que hicieron posible que me terminará afincando aquí hace 65 años».
Contó a este medio «A mí me hicieron una oferta para venir a dar clases acá y vine».
«Ya instalado definitivamente en Trelew nos juntamos con un hermano de «Fito» Joaquín que era abogado y con el contador Héctor Garzonio abrimos un Estudio Jurídico en la calle 25 de Mayo 125, en una casa de piso de alto pegadito a Bianchi Bones. Pasado un tiempo Joaquín regresó a Buenos Aires y Garzonio a Esquel».

EL ESTUDIO CONTABLE
Exhibiendo una prodigiosa memoria el Cdor. Riba recordaba entre otras cosas «Sabe ese estudio que inauguramos en 1954 es el actual Riba y Asociados, el que hoy es llevado adelante por mi hijo el Cdor. Enrique Riba y los cuatro contadores que puse cuando quedé solo».
Como para darnos pie Dn Enrique remató esta parte del relato afirmando «Yo trabajé en el estudio hasta los 60 años, ahí dije basta y cambié de aire. Me ocupé del campo y de disfrutar la vida viajando a las Olimpiadas».
NUNCA DEJO SU PASION 
POR LAS OLIMPIADAS
Riba recordaba que en sus años juveniles en Santa Fe pudo darse el gusto de practicar garrochas. Casi risueñamente explicaba «Cuando yo saltaba, eran de caña tacuara, ni se doblaban; después, de fibra aluminio, y ahora son resortes directamente que lo tiran al atleta para arriba».
En cuanto a la pasión que sintió por las olimpiadas tras tener la oportunidad de asistir a la primera en México 1968 dijo:
 «Realmente fue algo increíble la pasión que comencé a sentir, de allí que hasta ahora -marzo del 2018- no he dejado de asistir a ninguna, son trece consecutivas».
Dn. Riba asistió por primera vez a la de México 68, en el 72' a la de Munich (Alemania), en el 76 en Montreal (Canadá), en 1980 en Moscú en plena Guerra Fría a la que Argentina no asistió porque se plegó al boicot.
En el año 1984 fue el turno de Los Angeles (Estados Unidos), tiempos de Carl Lewis y la gimnasta Mary Lou Reton. En el año 1988 asistió a la Olimpiada celebrada en Seúl, sobre lo que afirmó que fue la mejor fiesta de apertura que asistió. Cuando entraban regalaban una radio más chica que un encendedor con 8 estaciones en el dial para escuchar detalles de la fiesta en el idioma que quisiera. Ahí presenció la gran actuación de tenista Gabriela Sabatini. En 1982 asistió a la Olimpiada de Barceloana, en 1996 a la de Atlanta (Estados Unidos) y 2000 en Sidney (Australia). En el 2004 concurrió a la de Atenas (Grecia), en el 2008 a la de Pekín, 2012 a Londres y la última fue en el 2016 en Río de Janeiro.

HASTA SIEMPRE
De esta forma se marchó un hombre con todas las letras. Un pasionario de su profesión de Contador, un gran amante del deporte y un enamorado de las Olimpiadas a las que asistió 13 veces consecutivas durante casi 50 años, pero por sobre todo un gran padre, un gran vecino de Trelew, pero por sobre todo una excelente persona. 

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Falleció el contador Enrique Riba, un apasionado de las Olimpiadas

Este lunes, a sus 89 años falleció el Contador Enrique Riba, un apasionado del deporte y de los Juegos Olímpicos.

Enrique Riba, no solo fue un gran pilar de esta sociedad por todo lo que profesionalmente le entregó durante 66 años -se afincó en Trelew en el año 1953- además de ser un apasionado por el deporte, desde el año 1968 en México a la actualidad no dejó de asistir a ningún Juego Olímpico, sumando 13 consecutivos.
Nació en Santa Fe, fue un hijo adoptivo de Trelew donde desarrolló su vida profesional y armó una exitosa familia. Fue un pasionario del deporte y un día se enfermó de Juegos Olímpicos. En marzo de 2018 había confesado que su gran objetivo era poder estar en Tokio 2020 «Estoy buscando una compañía para viajar porque para ese entonces voy a tener 90 años y es muy lejos para que ande solo».

UNA HISTORIA DE VIDA 
El contador Enrique Riba fue oriundo de Santa Fe. Allí dio sus primeros pasos en la vida y se formó como profesional, ya que a los 23 años se recibió de Contador Público.
Corría el año 1953 y Don Enrique preparaba la valija y sacaba pasaje a Trelew, un lugar por aquellos años desconocido para él y la gran mayoría de los argentinos.
Don Enrique a lo largo de la nota no se cansó de repetir que en su llegada a Trelew encontró una gran solidaridad «muchas fueron las manos extendidas que hicieron posible que me terminará afincando aquí hace 65 años».
Contó a este medio «A mí me hicieron una oferta para venir a dar clases acá y vine».
«Ya instalado definitivamente en Trelew nos juntamos con un hermano de «Fito» Joaquín que era abogado y con el contador Héctor Garzonio abrimos un Estudio Jurídico en la calle 25 de Mayo 125, en una casa de piso de alto pegadito a Bianchi Bones. Pasado un tiempo Joaquín regresó a Buenos Aires y Garzonio a Esquel».

EL ESTUDIO CONTABLE
Exhibiendo una prodigiosa memoria el Cdor. Riba recordaba entre otras cosas «Sabe ese estudio que inauguramos en 1954 es el actual Riba y Asociados, el que hoy es llevado adelante por mi hijo el Cdor. Enrique Riba y los cuatro contadores que puse cuando quedé solo».
Como para darnos pie Dn Enrique remató esta parte del relato afirmando «Yo trabajé en el estudio hasta los 60 años, ahí dije basta y cambié de aire. Me ocupé del campo y de disfrutar la vida viajando a las Olimpiadas».
NUNCA DEJO SU PASION 
POR LAS OLIMPIADAS
Riba recordaba que en sus años juveniles en Santa Fe pudo darse el gusto de practicar garrochas. Casi risueñamente explicaba «Cuando yo saltaba, eran de caña tacuara, ni se doblaban; después, de fibra aluminio, y ahora son resortes directamente que lo tiran al atleta para arriba».
En cuanto a la pasión que sintió por las olimpiadas tras tener la oportunidad de asistir a la primera en México 1968 dijo:
 «Realmente fue algo increíble la pasión que comencé a sentir, de allí que hasta ahora -marzo del 2018- no he dejado de asistir a ninguna, son trece consecutivas».
Dn. Riba asistió por primera vez a la de México 68, en el 72' a la de Munich (Alemania), en el 76 en Montreal (Canadá), en 1980 en Moscú en plena Guerra Fría a la que Argentina no asistió porque se plegó al boicot.
En el año 1984 fue el turno de Los Angeles (Estados Unidos), tiempos de Carl Lewis y la gimnasta Mary Lou Reton. En el año 1988 asistió a la Olimpiada celebrada en Seúl, sobre lo que afirmó que fue la mejor fiesta de apertura que asistió. Cuando entraban regalaban una radio más chica que un encendedor con 8 estaciones en el dial para escuchar detalles de la fiesta en el idioma que quisiera. Ahí presenció la gran actuación de tenista Gabriela Sabatini. En 1982 asistió a la Olimpiada de Barceloana, en 1996 a la de Atlanta (Estados Unidos) y 2000 en Sidney (Australia). En el 2004 concurrió a la de Atenas (Grecia), en el 2008 a la de Pekín, 2012 a Londres y la última fue en el 2016 en Río de Janeiro.

HASTA SIEMPRE
De esta forma se marchó un hombre con todas las letras. Un pasionario de su profesión de Contador, un gran amante del deporte y un enamorado de las Olimpiadas a las que asistió 13 veces consecutivas durante casi 50 años, pero por sobre todo un gran padre, un gran vecino de Trelew, pero por sobre todo una excelente persona. 

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