El equipo conducido por Marcelo Gallardo no tiene rivales en el actual torneo. Desde aquella dura eliminación internacional ante Atlético Mineiro que se asemejó a una demolición, River empezó una reconstrucción local incontenible. Otra reinvención a cargo del Muñeco, la enésima para reponerse de ausencias, ventas, lesionados y malos resultados. Unas horas antes, Talleres había vuelto a tirar la toalla al pasar de un 3-0 a un 3-3 contra Lanús. Con esta combinación de resultados, el líder sacó nueve puntos de ventaja, con 21 en juego. Por producción futbolística y matemática, River ya saca cuentas sobre una vuelta olímpica anticipada.
Tal cual su costumbre y estilo, River salió a imponer condiciones. Hasta Héctor Martínez y Casco se metían en campo rival para cortar y gestar ataques. Presionó a un Argentinos que, aun sometido, no suele perder el orden y da batalla. Alvarez tiraba desmarques a espaldas de la última línea, Simon y Palavecino maniobraban en tres cuartos, los laterales se proyectaban.
En uno de esos avances, el paraguayo Rojas se proyectó por la derecha y envió el centro que fue despejado. La pelota le cayó a Zuculini, el volante de contención que también se internaba en terreno rival. Como si fuera un Nø 10 o un delantero explosivo, sacó un bombazo desde más de 25 metros que pegó en el travesaño y picó dentro del arco. Ya había sido gol cuando llegó Alvarez para terminar de empujarla. Fue el segundo tanto de Zuculini en este torneo; ya había marcado en el 3-0 a Lanús, también desde media distancia.
Argentinos pudo respirar en una par de ataques, con intervenciones de Avalos, que con la camiseta de Patronato una noche de 2019 marcó un hat-trick en el Monumental. Cerca de los 35 minutos, Gallardo mandó a calentar a Braian Romero, en prevención de un µlvarez que sufrió una durísima entrada del juvenil zaguero Minissale.
Finalmente, Romero ingresó por Rollheiser. Y fue el turno de sus delanteros. Atrás estaba el respaldo colectivo: interceptó Martínez y dio para Palavecino, que sin dudas atraviesa por su mejor momento; punzante y clarividente, puso la asistencia para Romero, que le cedió el toque final a Alvarez para el 2-0.
La reacción que había insinuado Argentinos se diluyó. Mucho más cuando otra combinación, surgida de un corte y asistencia de Palavecino, fue resuelta con un pase de µlvarez a Romero para el 3-0.