Quien está en el ambiente del judo sabe de las virtudes de Jorge Heitzmann, quienes no están en ese ambiente pueden no conocerlo y pueden pensar que todo homenaje es por demás insignificante.
Y un día lo llamaron y le pidieron que se ponga su judogi con el cinturón de 6º Dan, un cinturón que es una reliquia, rojo y blanco que remarca sus conocimientos, sus valores y su hombría de bien.
¿Que habrá pensado? Vaya uno a saber. ¿Cuál habrá sido la excusa? Entregarle un diploma a Marcela Córdoba, quien se metió en el mundo de los danes. Y de pronto Jorge Heitzmann se encontró con que tiene un dojo con su nombre en Esquel y también en Trevelin y esto fue idea de Alejandro Mansilla.
El judo en Esquel funciona a nivel municipal los martes y jueves de 21 a 22.30 hs en el sector que se conoce como el buffet detrás del escenario del gimnasio municipal de Esquel. En dicho lugar se instala y se levanta un tatami muy caro por cierto y que costó mucho conseguir. Ese Dojo tiene el nombre de Heitzmann. La excusa, aunque muy valedera por cierto, era darle el diploma a la colombiana Marcela Córdoba (quien desde hace varios años está radicada en Esquel).