Soledad Matthhyse, a los 43 años vuelve a vivir un momento soñado en su carrera. Cuando muchos miran el almanaque pensando en colgar los guantes, la santafesina radicada en Trelew volvió a decirles a todos que «sí se puede» y no hay barrera que se interponga para alcanzar un objetivo cuando se lo busca de corazón. La «Itaka», volvió a ser canpeona del mundo y no fue casualidad. Porque nunca bajó la guardia y jamás puso en jake su entrega. Y esa fue la primera fórmula, además de su rincón, para doblegar a la griega Kalliopi Kourouni, en el Seminole Hard Rock Hotel and Casino de Hollywood, ganándole por nocaut técnico en el tercer asalto y así apoderarse del título plata WBC del peso superpluma y de la historia misma desde el cuadrilátero.
«La pelea no pensamos que iba a ser tan fácil», lanzó Matthysse en contacto con EL CHUBUT y los medios presentes tras bajar del avión. «No me encontré con esa rival que iba a salir a buscarme. La pude trabajar a la distancia, golpes abajo como lo habíamos hecho. Quebrar y meter las combinaciones y siguiendo las intrucciones del entrenador», agregó. «Ahora vamos a sacarle provecho a este cinturón y cuando se tenga que pelear a alguna campeona, ahí vamos a estar».