Carta del Lector

DEVASTADORES EFECTOS DE UNA GUERRA NUCLEAR 

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Creemos que una guerra nuclear al otro lado del mundo, no nos afectaría, sin embargo, una guerra nuclear tendría secuelas devastadoras para todo el planeta, afectando incluso a poblaciones muy lejanas del epicentro de las explosiones. 

En lo que sigue advertiremos que no hay exageración si tenemos presente que las armas nucleares modernas, pueden liberar una cantidad de energía explosiva incomparablemente mayor (entre 30 y 100 veces) que las bombas de fisión que se usaron en 1945.

 

Las explosiones nucleares, especialmente las que detonen en o cerca de ciudades e infraestructuras, provocarían incendios masivos. El hollín y el humo resultantes ascenderían a la estratosfera, cubriendo gran parte del planeta. Esto bloquearía la luz solar durante años.

 

La falta de luz solar causaría un enfriamiento global repentino y drástico, con caídas de temperatura promedio que podrían superar las de la última Edad de Hielo. Esto llevaría a un "invierno nuclear" prolongado.

 

La interrupción de la fotosíntesis debido a la oscuridad y el frío acabaría con la vida de muchas plantas, alterando toda la cadena alimenticia.

 

La caída de las temperaturas, la reducción de la luz solar, la disminución de las precipitaciones y las temporadas de cultivo más breves tendrían efectos catastróficos en la agricultura. Se estima que la producción de alimentos, como maíz, soja y arroz, caería drásticamente.
Incluso un conflicto nuclear regional a pequeña escala (usando menos del 1% del arsenal mundial) podría desencadenar una hambruna global que afectaría a miles de millones de personas y duraría más de una década. En un conflicto a gran escala, tres cuartas partes de la población mundial o más podrían morir de hambre.

 

Las temperaturas del océano descenderían rápidamente, expandiendo el hielo marino y bloqueando puertos clave. La caída repentina de luz y temperatura también mataría las algas marinas, la base de la red alimentaria marina, deteniendo la pesca y la acuicultura.

 

Las partículas radiactivas de las explosiones, especialmente las de bombas de hidrógeno, son impulsadas a altitudes estratosféricas. El viento y las corrientes atmosféricas las transportan por todo el mundo, sin respetar fronteras. Estas partículas eventualmente se depositan en la superficie a través de la lluvia y la nieve. Los alimentos, cultivos, animales y fuentes de agua potable se contaminarían con material radiactivo. 

 

La ingestión de estos alimentos o la exposición directa a la radiación aumenta el riesgo de cáncer y otras enfermedades. Se ha localizado carbono radiactivo de pruebas nucleares incluso en la Fosa de las Marianas.

 

La exposición a la radiación, aunque no sea letal de inmediato, aumenta significativamente el riesgo de cánceres (leucemia, tiroides, mama) y malformaciones en recién nacidos.

 

Aunque no sean atacadas directamente, las ciudades lejanas sufrirían interrupciones catastróficas en el suministro de alimentos, agua potable, electricidad y comunicaciones.

 


Los gobiernos, ejércitos y sistemas sanitarios se dislocarían, lo que llevaría a un aumento de la mortalidad, la violencia, el pillaje y la extensión de epidemias.

 

La actividad económica global se detendría, y el dinero probablemente perdería su valor.

 

En conclusión, incluso si la Patagonia Argentina estuviera muy lejos de los epicentros directos de una guerra nuclear, las poblaciones se verían gravemente afectadas por las consecuencias climáticas (invierno nuclear), la hambruna global y la lluvia radiactiva generalizada. 

 

La capacidad de sobrevivir dependería de la resiliencia de la comunidad, la disponibilidad de recursos no contaminados y la capacidad de adaptación a un entorno global drásticamente alterado. No habría "ganadores" en una guerra nuclear.

 

Conclusión: una guerra nuclear es IMPOSIBLE
 

 

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