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En la madrugada del 24 de enero de 1978, una bola de fuego pasó por encima del noroeste de Canadá, tras iluminar el cielo, la bola se dividió en pedazos. La caída del satélite militar soviético Cosmos-954 con un reactor nuclear a bordo, estuvo a poco de causar una catástrofe.
Afortunadamente no se produjo explosión nuclear y el reactor se destruyó en la atmósfera.