Chubut

Represas de Santa Cruz: Diferencia entre el relato, las inversiones y la realidad I

En un Informe de fines del año pasado Guillermo Tamburini Belibeau y Guillermo Folguera, derrumban las falacias armadas por los gobiernos alrededor de una obra que ha consumido miles de millones de dólares y en una década ni siquiera puede mostrar un 50% de su ejecución, tal como lo reflejan los datos de la realidad. 

Los autores desmitifican el relato político, las mentiras y las promesas volcadas en la opinión pública, al momento de pedir la licencia social para hacer viable el proyecto.
 


Las represas sobre el río Santa Cruz - Foto: OPI Santa Cruz

 

(Las Represas) Diversifican la matriz energética Argentina (primera desmitificación)

 

La Patagonia cuenta con excedentes de generación del sector hidroeléctrico a la vez que sufre deficiencias en la distribución. A nivel regional los Aprovechamientos Hidroeléctricos del Rio Santa Cruz (AHRSC) no significan mejora en los suministros y a nivel nacional no hay ni diversificación ni mejora en la distribución a escala ciudadana, como dice el relato. 
Por contraste a esta megaobra localizada en un espacio remoto, una verdadera diversificación y federalización, que fortalecería y otorgaría verdadera independencia al parque generador, vendría de la mano de la distribución de pequeños y medianos nodos de fuentes energéticas diversas y sustentables, cercanas a los centros de consumo y adaptadas al contexto local, de la impostergable mejora de las redes de distribución (deficientes en todo el país) y de políticas de investigación y desarrollo y de gestión y control efectivo sobre los proveedores. 
Los casi 7000 millones de dólares de este proyecto hubieran sido un fuerte empujón para estas políticas, dando mejores resultados y en plazos más cortos.

    
Favorecen las actividades recreativas (Segunda desmitificación)
Dijo Cristina Fernández: Estamos tirando al mar 1.740 megavatios de energía eléctrica. […] 1.740 megavatios no contaminantes que […] van a generar dos inmensos espejos de agua, de aproximadamente 47 mil hectáreas que van a servir además de embalse de turismo con el propósito de riego para también extender la frontera agrícola ganadera, en medio de la meseta patagónica, para agregar más recursos. Expresiones propias de una persona ignorante en el tema.

 

En Santa cruz se encuentran, entre otros, los lagos Buenos Aires, Viedma y Argentino, tres de los mayores lagos naturales suramericanos, con paisajes de ensueño y servicios urbanos y para el turismo, como en Los Antiguos, El Chaltén o El Calafate, en las costas de cada lago respectivamente, polos turísticos nacionales e internacionales. 

 

Al eliminar a la mitad del río, los AHRSC van a arrasar la cuenca hidrográfica de los lagos Viedma y Argentino, poniendo sus ecosistemas en grave riesgo y en consecuencia, al turismo, principal actividad de la cuenca. 

 

Parece desacertado referirse a embalses de turismo en una región donde la principal riqueza es el atractivo de su exuberante naturaleza, desde los imponentes glaciares al estuario del Santa Cruz.

 

Se crearán dos lagos artificiales e inertes, de una superficie de más del doble de la de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en un espacio sin poblaciones cercanas y carente de servicios de cualquier tipo. El estado tendrá que indemnizar a los propietarios de las tierras inundadas, léase Lázaro Baez quién, disponiendo de información oficial, se apresuró a comprar esas tierras.  

 

En próxima nota continuamos con las desmitificaciones de Tamburini Belibeau y Folguera

 

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