LECTURA DE FIN DE SEMANA

“El amor en el laberinto”, la poesía amorosa de Jorge Luis Borges

Desde el Club de la Lectura, nuestro librólogo nos acerca una excelente forma de referirse a la poesía amorosa de Jorge Luis Borges, cuya obra, aunque más conocida por sus exploraciones filosóficas, metafísicas y eruditas, también contiene momentos de profunda ternura, melancolía y deseo.

Borges siempre fue calificado como un escritor intelectual, “Te hace cosquillas en el cerebro”, llegaron a decir de su obra. Sus temas principales tanto en sus relatos como ensayos fueron: los libros, los espejos, la milonga, los tigres, la metafísica, la teología, el coraje, la traición, el lenguaje y el tiempo, por lo que más de una vez se lo calificó como un artista difícil de leer, pero que se trataba de una figura a la que se recurría por su valor, pero que se entiende poco.
Es un hecho que más se lo ha reconocido por sus cuentos y ensayos, y en menor medida por algunos de sus poemas, de los que se ha llegado a opinar que eran poco poéticos o poco modernos.

 

Pero resulta interesante ahondarse en una parte de su obra poética y que forma un verdadero “corpus” literario y es su “poesía amorosa”. Se trata de veintiséis poemas repartidos en diez de sus poemarios, de los cuales cuatro pertenecen a su juventud y el resto a sus libros publicados cuando ya había cumplido los sesenta años.

 

“Entre mi amor y yo habrán de levantarse/ trescientas noches como trescientas paredes/ y el mar será una magia entre nosotros".

Un repaso por esa poesía nos depara un Borges íntimo, humano, que cuando se expresa sobre las relaciones entre hombres y mujeres se aleja de lo erótico, porque elude la referencia directa  a la piel, a los cuerpos, a la sexualidad, pero que se focaliza en lo que se refiere a las emociones asociadas con el amor: El encuentro, el enamoramiento, la fascinación, el leve roce de labios o manos, el abandono, la separación, la nostalgia, el amor no correspondido, persistiendo en todos ellos un tono melancólico y triste,  aunque podemos hallar entre sus poemas uno con un tono feliz: “Las causas”.

 

“Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir".

El enamorado de los poemas suele ser alguien amenazado, rechazado, abandonable o temeroso de lo que le acontezca.

 

Si bien en toda la obra borgiana hay una idea de que lo que le ocurre a un hombre, le ocurre a todos, en la poesía amorosa parece abandonar esa idea, ya que la mirada amorosa individualiza al otro y de alguna manera lo hace único, distinto a los demás.

 

“Debo fingir que hay otros. Es mentira / Solo tú eres. Tú, mi desventura / y mi ventura, inagotable y pura".

A lo largo de su vida Borges estuvo rodeado de mujeres, su propia madre, amigas, alumnas que devenían en secretarias, escritoras, fue un hombre enamoradizo, se enamoró de al menos una docena de mujeres, según el escritor argentino Alberto Manguel.

 

El amor, un tema borgiano, una faceta íntima del escritor, que estuvo presente en su Juventud y que surge nuevamente cuando es un hombre mayor y que es cuando escribió la mayor parte de ese corpus amoroso.

 

“Tu ausencia me rodea / como la cuerda a la garganta, el mar al que se hunde".

Borges enamorado, una forma de acercarse al autor más importante de la literatura argentina.

 

Sus poemas amorosos se pueden encontrar en: “Fervor de Buenos Aires” (1923), “Luna de enfrente” (1925), “El otro, el mismo” (1964), “El oro de los tigres” (1972, “Historia de la noche”(1972).

 

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