Carta del Lector

Los trabajadores de las minas de uranio y el cancer de pulmón

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Existe una amplia y consistente evidencia científica que vincula directamente las dosis de radiación que reciben los trabajadores de las minas de uranio con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.

La principal causa de preocupación es el gas radón, un producto de la desintegración del uranio. El radón mismo es un gas, pero sus productos de desintegración de vida corta (como el polonio-218 y el polonio-214) son sólidos y, al ser inhalados, se depositan en las vías respiratorias. Estos emiten partículas alfa, que son altamente ionizantes y pueden causar daño al ADN de las células pulmonares, lo que lleva al cáncer.

 

Se han realizado numerosos estudios epidemiológicos en cohortes de mineros de uranio en diferentes partes del mundo (América del Norte, Europa, Australia, etc.). Estos estudios han demostrado consistentemente un aumento significativo en la incidencia y mortalidad por cáncer de pulmón entre los mineros de uranio, incluso a niveles de exposición relativamente bajos.

 

Los estudios han establecido una clara relación dosis-respuesta, lo que significa que, a mayor dosis acumulada de exposición al radón y sus descendientes, mayor es el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Esta relación se modela a menudo en unidades como "Working Level Months" (WLM).

 

Si bien la radiación es el factor principal, otros factores como el tabaquismo actúan de forma sinérgica, aumentando drásticamente el riesgo de cáncer de pulmón en los mineros expuestos al radón que también fuman. Otros factores como la exposición a polvo de sílice y gases de escape de motores diésel también pueden contribuir.

 

El cáncer de pulmón inducido por radón suele tener un largo período de latencia, a menudo de 20 años o más después de la exposición.

 

Organizaciones internacionales como la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) y la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP) reconocen el radón como un carcinógeno humano confirmado y establecen pautas de protección basándose en esta evidencia.

 

En resumen, la conexión entre la exposición a la radiación (principalmente el radón) en las minas de uranio y el cáncer de pulmón en los trabajadores está muy bien establecida por la ciencia.

 

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