| Por REDACCIÓN SUPERDEPOR |
Hay que estar fuerte de la cabeza y bien físicamente. Uno nunca sabe cuando será el momento para salir a la cancha y defender la camiseta “xeneize” en una Bombonera colmada. Juan Cruz Payal sigue en la gatera. Estuvo un par de partidos en el banco de la primera división cuando el técnico era Diego Martínez. Pero pasaron cosas.
Ahora está Fernando Gago. Es cierto que el equipo anda a los tumbos. Le queda como objetivo máximo ganar la Copa Argentina para asegurarse el pasaporte a la próxima edición de la Copa Libertadores de América. Y tal vez, dentro de la crisis, emerjan las grandes figuras juveniles de Boca.
Fueron tres días. Suficiente para recargar pilas y estar con los afectos. Se vino para Esquel. Un viaje relámpago. Un viaje necesario. Y se dio un tiempo para estar en la escuela donde estudia su hermanito.
Se sacó una foto con los estudiantes de 6to grado de la Escuela 210 del barrio Badén, cuyos peques le brindaron su cariño y apoyo. Muchos de esos pibes (y pibas) sueñan con jugar en la Bombonera, el mismo sueño que tiene Juan Cruz Payal.
Todo es posible, cuando uno sueña con todas sus fuerzas.
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El joven futbolista esquelense, que integra la reserva del Club Atlético Boca Juniors, volvió a sus pagos para descansar un par de días y se dio un tiempo para estar en la escuela donde estudia su hermanito.
Hay que estar fuerte de la cabeza y bien físicamente. Uno nunca sabe cuando será el momento para salir a la cancha y defender la camiseta “xeneize” en una Bombonera colmada. Juan Cruz Payal sigue en la gatera. Estuvo un par de partidos en el banco de la primera división cuando el técnico era Diego Martínez. Pero pasaron cosas.
Ahora está Fernando Gago. Es cierto que el equipo anda a los tumbos. Le queda como objetivo máximo ganar la Copa Argentina para asegurarse el pasaporte a la próxima edición de la Copa Libertadores de América. Y tal vez, dentro de la crisis, emerjan las grandes figuras juveniles de Boca.
Fueron tres días. Suficiente para recargar pilas y estar con los afectos. Se vino para Esquel. Un viaje relámpago. Un viaje necesario. Y se dio un tiempo para estar en la escuela donde estudia su hermanito.
Se sacó una foto con los estudiantes de 6to grado de la Escuela 210 del barrio Badén, cuyos peques le brindaron su cariño y apoyo. Muchos de esos pibes (y pibas) sueñan con jugar en la Bombonera, el mismo sueño que tiene Juan Cruz Payal.
Todo es posible, cuando uno sueña con todas sus fuerzas.
