superdepor.com.ar
Germán Rivero, de no tener club a figura excluyente en la Primera Nacional
Cargando...

Germán Rivero, de no tener club a figura excluyente en la Primera Nacional

Por REDACCIÓN SUPERDEPOR

Germán “Tanque” Rivero es hoy una de las cartas ofensivas más determinantes de Deportivo Madryn. Sus números lo respaldan: 9 goles en 20 partidos, 16 de ellos como titular, en una campaña donde el aurinegro suma 40 tantos y acumula 17 encuentros consecutivos convirtiendo. Un presente soñado para un delantero que, hace apenas unos meses, ni siquiera tenía club.

La historia comenzó con un camino accidentado. Tras una temporada opaca en 2024 —primero en Almirante Brown, donde jugó pero no anotó con frecuencia, y luego en Talleres de Remedios de Escalada, con apenas 2 goles en 32 partidos— Rivero se encontró sin mercado en la Primera Nacional. Probó suerte en Bolivia, pero no firmó contrato y en pleno regreso al pais, durante una escala en Chile, recibió el llamado que le cambió el destino: Deportivo Madryn lo necesitaba.

La oportunidad surgió tras la fractura de peroné de Juan Peinipil, a los 44 minutos de la segunda fecha contra Racing de Córdoba. El infortunio del delantero abrió una ficha de recambio y el club apostó por Rivero. Su debut fue testimonial en la octava fecha frente a Güemes, con apenas un minuto en cancha. De a poco fue sumando rodaje: 11 minutos contra San Martín de Tucumán, media hora frente a Tristán Suárez y su primera titularidad en Salta, ante Gimnasia y Tiro, compartiendo ataque con Luis Silba.

El primer grito llegó en Mar del Plata, frente a Alvarado, cumpliendo la ley del ex en el club donde había dejado su mejor versión cinco años atrás. A partir de allí, la historia cambió. La fórmula de un doble nueve, en principio resistida por las similitudes entre Rivero y Silba —ambos potentes, de área, referencias clásicas— terminó siendo la llave del éxito. Se complementaron, se generaron espacios y le dieron a Madryn el peso ofensivo que necesitaba.

En ese engranaje Rivero se convirtió en pieza fundamental: goles, presencia y liderazgo. Pasó de ser un recambio discreto a figura determinante. Hoy es el máximo anotador del equipo y uno de los máximos artilleros del campeonato.

El impacto es colectivo. Deportivo Madryn lleva 15 partidos sin derrotas, 18 jornadas consecutivas marcando y se sostiene en lo más alto de la Zona A. Con 6 fechas por delante, el sueño de jugar la final por el ascenso está más vivo que nunca.

La historia del “Tanque” Rivero es, en definitiva, la del futbolista que llegó casi de casualidad, sin expectativas, y terminó escribiendo un capítulo central en la mejor campaña de la historia aurinegra.

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en whatsapp

SUPERDEPOR no se responsabiliza por los comentarios vertidos por sus lectores. Y se reserva el derecho de bloquear y o eliminar aquellos que contengan mensajes con contenido xenófobo, racista, y o discriminatorios.

Comentarios

Germán Rivero, de no tener club a figura excluyente en la Primera Nacional

Germán “Tanque” Rivero es hoy una de las cartas ofensivas más determinantes de Deportivo Madryn. Sus números lo respaldan: 9 goles en 20 partidos, 16 de ellos como titular, en una campaña donde el aurinegro suma 40 tantos y acumula 17 encuentros consecutivos convirtiendo. Un presente soñado para un delantero que, hace apenas unos meses, ni siquiera tenía club.

La historia comenzó con un camino accidentado. Tras una temporada opaca en 2024 —primero en Almirante Brown, donde jugó pero no anotó con frecuencia, y luego en Talleres de Remedios de Escalada, con apenas 2 goles en 32 partidos— Rivero se encontró sin mercado en la Primera Nacional. Probó suerte en Bolivia, pero no firmó contrato y en pleno regreso al pais, durante una escala en Chile, recibió el llamado que le cambió el destino: Deportivo Madryn lo necesitaba.

La oportunidad surgió tras la fractura de peroné de Juan Peinipil, a los 44 minutos de la segunda fecha contra Racing de Córdoba. El infortunio del delantero abrió una ficha de recambio y el club apostó por Rivero. Su debut fue testimonial en la octava fecha frente a Güemes, con apenas un minuto en cancha. De a poco fue sumando rodaje: 11 minutos contra San Martín de Tucumán, media hora frente a Tristán Suárez y su primera titularidad en Salta, ante Gimnasia y Tiro, compartiendo ataque con Luis Silba.

El primer grito llegó en Mar del Plata, frente a Alvarado, cumpliendo la ley del ex en el club donde había dejado su mejor versión cinco años atrás. A partir de allí, la historia cambió. La fórmula de un doble nueve, en principio resistida por las similitudes entre Rivero y Silba —ambos potentes, de área, referencias clásicas— terminó siendo la llave del éxito. Se complementaron, se generaron espacios y le dieron a Madryn el peso ofensivo que necesitaba.

En ese engranaje Rivero se convirtió en pieza fundamental: goles, presencia y liderazgo. Pasó de ser un recambio discreto a figura determinante. Hoy es el máximo anotador del equipo y uno de los máximos artilleros del campeonato.

El impacto es colectivo. Deportivo Madryn lleva 15 partidos sin derrotas, 18 jornadas consecutivas marcando y se sostiene en lo más alto de la Zona A. Con 6 fechas por delante, el sueño de jugar la final por el ascenso está más vivo que nunca.

La historia del “Tanque” Rivero es, en definitiva, la del futbolista que llegó casi de casualidad, sin expectativas, y terminó escribiendo un capítulo central en la mejor campaña de la historia aurinegra.

Mustang Cloud - CMS para portales de noticias