20 años de la muerte de Juan José Saer

La novela “Glosa” es una obra fundamental de la literatura argentina que a simple vista, parece sencilla: dos personajes, Ángel y Barco, caminan por una calle de Santa Fe a lo largo de  21 cuadras, mientras conversan. Y en esta premisa mínima reside la brillantez de Saer, quien logra construir un universo complejo y reflexivo a partir de un fragmento de la vida cotidiana.

La trama, o si se quiere la ausencia de ella, es intencional. Saer no busca narrar grandes eventos, sino más bien explorar la experiencia humana a través de la divagación y el detalle. 

La conversación entre Ángel y Barco funciona como una glosa, una anotación o comentario a un texto. En este caso, el "texto" es la propia vida, el pasado compartido, las ausencias, las reflexiones sobre la amistad, la memoria y la escritura. A medida que caminan, los personajes rememoran una fiesta ocurrida veinte años atrás, una fiesta donde se cruzaron con otros habitantes de ese particular microcosmos saeriano. Esta rememoración no es lineal ni exhaustiva; es fragmentaria, llena de interrupciones y digresiones que se expanden como ondas en el agua.

El estilo de Saer es único y en “Glosa” alcanza una de sus cumbres. Su prosa es precisa, detallada y casi obsesiva en la descripción de lo minúsculo. El ritmo es pausado, invitando al lector a detenerse en cada frase, a saborear la musicalidad de las palabras y a apreciar la construcción de imágenes que van más allá de lo visual. La atmósfera de Santa Fe, con su calor, su luz y sus sonidos, se convierte en un personaje más, envolviendo a los protagonistas y sus pensamientos.

Uno de los temas centrales de “Glosa” es la memoria y su naturaleza elusiva. ¿Qué recordamos? ¿Cómo se construye el pasado? ¿Es fiel la memoria o una invención constante? A través de las interacciones de Ángel y Barco, Saer nos muestra cómo el recuerdo se teje y desteje, cómo se superponen versiones y cómo la ausencia también forma parte intrínseca de lo que se rememora. La amistad también ocupa un lugar preponderante, explorando sus matices, sus silencios y el profundo entendimiento que se forja con el tiempo.

Glosa es una novela que lleva a la introspección, con gran belleza del lenguaje y se sumerge en la exploración de las complejidades de la conciencia humana. Es una obra que, a pesar de su aparente quietud, se mueve y se expande en la mente del lector mucho después de haberla terminado, dejando una profunda impresión sobre la forma en que percibimos el tiempo, la memoria y la construcción de nuestra propia realidad.

Juan José Saer, nació en Serodino, Santa Fe, el 28 de junio de 1937 y murió en París, el  11 de junio de 2005. Fue uno de los escritores más influyentes y originales de la literatura argentina y latinoamericana del siglo XX.

Desde muy joven, Saer mostró un temprano interés por la literatura. Estudió Derecho y Filosofía en la Universidad Nacional del Litoral en Santa Fe, ciudad que, junto con su entorno ribereño, se convertiría en el escenario recurrente y casi un personaje más en la mayoría de sus obras. Su universo ficcional se construyó meticulosamente en torno a un grupo de personajes que habitan y transitan esta geografía, entrelazando sus vidas a lo largo de diversas novelas y cuentos.

En 1968, se trasladó a París, Francia, donde residiría hasta su muerte. Allí ejerció como profesor de literatura en la Universidad de Rennes, aunque su vínculo con Argentina y, en particular, con Santa Fe, se mantuvo inalterable en su escritura.

Sus obras incluyen las novelas Responso (1964) La vuelta completa (1966) Cicatrices (1969) El entenado (1983 Glosa (1986) La ocasión (1987) Lo imborrable (1992) La pesquisa (1994) Las nubes (1997) y La grande (2005), su última novela, publicada póstumamente.

Además de novelas, Saer también publicó libro de cuentos, como Unidad de lugar (1967), La mayor (1976) y Lugar (2000), así como ensayos sobre literatura.