El Bicho jugará el último partido por primera vez en la historia de la Copa Argentina, luego de empezar perdiendo en el primer tiempo y terminar ganándole por 2 a 1 a Belgrano en cancha de Rosario Central. Espera por River o Independiente Rivadavia, de Mendoza, que se medirán este jueves en la otra semifinal.
| Por REDACCIÓN SUPERDEPOR |
Argentinos Juniors sacó a relucir toda su personalidad, su buen fútbol, sus individualidades, y le dio vuelta el partido a Belgrano de Córdoba por 2-1 para meterse en la primera final de la Copa Argentina en toda su historia. Aguarda por la llegada de River o Independiente Rivadavia.
No hubo un claro dominador del partido, aunque el Pirata se sintió ligeramente más cómodo que el Bicho de La Paternal en el primer tiempo. Con un juego algo más directo, la diferencia en el campo se explicó porque Lucas Zelarayán estuvo más comprometido con la gestación que Alan Lescano y Hernán López Muñoz.
Tampoco abundaron las chances de gol, por lo que el elenco cordobés valoró mucho el tanto del “Chino”, que remató desde afuera del área y agradeció el desvío en Diego Porcel para que la parábola del balón fuera imposible de detener para el golero Sergio “Chiquito” Romero.
Los dirigidos por Nicolás Diez tomaron con responsabilidad esa caída de su valla y fueron enseguida a buscar la igualdad. Casi lo consiguen en los pies de Lescano, que ejecutó formidablemente un tiro libre lejano y estrelló su remate en el ángulo superior derecho de Thiago Cardozo.
El primer tiempo estuvo teñido de faltas, algunas más violentas que otras. El defensor Román Riquelme lo tuvo alquilado al goleador Franco Jara, le pegó constantemente y zafó de la tarjeta amarilla de manera insólita, por decisión del árbitro del encuentro Yael Falcón Pérez. Los dos fueron ásperos a la hora de marcar y en las pelotas divididas, pero el Bicho se llevó el premio de la rigidez.
Argentinos fue al frente desde el inicio del complemento como no había hecho en toda la primera parte. Desde el primer minuto se le fue al humo al Pirata, empezó a ganar las segundas pelotas y tomó claramente el dominio territorial y con la pelota. Le dio mucho trabajo a Cardozo y finalmente consiguió la tan ansiada y necesitada igualdad.
Gracias a que Lescano, Federico Fattori y López Muñoz levantaron y se empezaron a hacer cargo de la situación, el equipo porteño pudo festejar el 1-1. Una buena jugada colectiva derivó en una gran pared entre Porcel y el ex volante central de Huracán. El atacante la metió en el corazón del área y allí estaba el sobrino-nieto de Diego Armando Maradona, que solo la tuvo que empujar.
La dinámica no cambió y los conducidos por Ricardo Zielinski entendieron que su única posibilidad de retomar la ventaja sería con contragolpes. Pero la oportunidad no se presentó, porque Argentinos fue muy prolijo en sus salidas, incluso dentro de su lógico apuro, y no cedió ni tiempo ni espacio para que los hombres vestidos de celeste pudieran contraatacar.
El último tramo de la semifinal fue apasionante. Todo siguió igual, pero como los minutos se iban consumiendo, los nervios y las obligaciones de los futbolistas aumentaron. Y en eso llegó el penal que Falcón Pérez le concedió al Bicho por un presunto agarrón dentro del área. El encargado, el goleador Tomás Molina, no falló: cruzó fuerte su remate y engañó a Cardozo, que fue al otro palo y no pudo hacer nada. Si fue penal o no, es historia. La queja cordobesa tiene sustento. Y mucho.
Así, Nicolás Diez metió a los de La Paternal en la primera definición de la Copa Argentina en la historia del club. Ahora esperan por River o Independiente Rivadavia, de Mendoza, que se batirán a duelo este viernes a las 22.10 en el Mario Alberto Kempes, de Córdoba, para definir al otro finalista.
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El Bicho jugará el último partido por primera vez en la historia de la Copa Argentina, luego de empezar perdiendo en el primer tiempo y terminar ganándole por 2 a 1 a Belgrano en cancha de Rosario Central. Espera por River o Independiente Rivadavia, de Mendoza, que se medirán este jueves en la otra semifinal.
Argentinos Juniors sacó a relucir toda su personalidad, su buen fútbol, sus individualidades, y le dio vuelta el partido a Belgrano de Córdoba por 2-1 para meterse en la primera final de la Copa Argentina en toda su historia. Aguarda por la llegada de River o Independiente Rivadavia.
No hubo un claro dominador del partido, aunque el Pirata se sintió ligeramente más cómodo que el Bicho de La Paternal en el primer tiempo. Con un juego algo más directo, la diferencia en el campo se explicó porque Lucas Zelarayán estuvo más comprometido con la gestación que Alan Lescano y Hernán López Muñoz.
Tampoco abundaron las chances de gol, por lo que el elenco cordobés valoró mucho el tanto del “Chino”, que remató desde afuera del área y agradeció el desvío en Diego Porcel para que la parábola del balón fuera imposible de detener para el golero Sergio “Chiquito” Romero.
Los dirigidos por Nicolás Diez tomaron con responsabilidad esa caída de su valla y fueron enseguida a buscar la igualdad. Casi lo consiguen en los pies de Lescano, que ejecutó formidablemente un tiro libre lejano y estrelló su remate en el ángulo superior derecho de Thiago Cardozo.
El primer tiempo estuvo teñido de faltas, algunas más violentas que otras. El defensor Román Riquelme lo tuvo alquilado al goleador Franco Jara, le pegó constantemente y zafó de la tarjeta amarilla de manera insólita, por decisión del árbitro del encuentro Yael Falcón Pérez. Los dos fueron ásperos a la hora de marcar y en las pelotas divididas, pero el Bicho se llevó el premio de la rigidez.
Argentinos fue al frente desde el inicio del complemento como no había hecho en toda la primera parte. Desde el primer minuto se le fue al humo al Pirata, empezó a ganar las segundas pelotas y tomó claramente el dominio territorial y con la pelota. Le dio mucho trabajo a Cardozo y finalmente consiguió la tan ansiada y necesitada igualdad.
Gracias a que Lescano, Federico Fattori y López Muñoz levantaron y se empezaron a hacer cargo de la situación, el equipo porteño pudo festejar el 1-1. Una buena jugada colectiva derivó en una gran pared entre Porcel y el ex volante central de Huracán. El atacante la metió en el corazón del área y allí estaba el sobrino-nieto de Diego Armando Maradona, que solo la tuvo que empujar.
La dinámica no cambió y los conducidos por Ricardo Zielinski entendieron que su única posibilidad de retomar la ventaja sería con contragolpes. Pero la oportunidad no se presentó, porque Argentinos fue muy prolijo en sus salidas, incluso dentro de su lógico apuro, y no cedió ni tiempo ni espacio para que los hombres vestidos de celeste pudieran contraatacar.
El último tramo de la semifinal fue apasionante. Todo siguió igual, pero como los minutos se iban consumiendo, los nervios y las obligaciones de los futbolistas aumentaron. Y en eso llegó el penal que Falcón Pérez le concedió al Bicho por un presunto agarrón dentro del área. El encargado, el goleador Tomás Molina, no falló: cruzó fuerte su remate y engañó a Cardozo, que fue al otro palo y no pudo hacer nada. Si fue penal o no, es historia. La queja cordobesa tiene sustento. Y mucho.
Así, Nicolás Diez metió a los de La Paternal en la primera definición de la Copa Argentina en la historia del club. Ahora esperan por River o Independiente Rivadavia, de Mendoza, que se batirán a duelo este viernes a las 22.10 en el Mario Alberto Kempes, de Córdoba, para definir al otro finalista.
