Puerto Madryn

Casa Azcarate: un patrimonio histórico de Puerto Madryn que cae en la necesidad de ser alquilado

La histórica vivienda es parte del registro de bienes creado por el código de Preservación Patrimonial. Hoy, ya olvidado su origen, es parte del negocio inmobiliario para su alquiler.

por REDACCIÓN CHUBUT 14/04/2024 - 00.00.hs

El ladrillo a la vista ya no tiene la intensidad que supo mostrar años atrás. Las maderas perdieron contra el tiempo y la vistosa casa que vio crecer a Puerto Madryn desde una elevada loma, hoy cayó en manos de los negocios inmobiliarios. 

 

La Casa Azcarate, como se la conoce, fue la casa de la familia de Jerónimo Azcarate, primer lechero de la incipiente ciudad. El valor histórico de la propiedad fue clave para incluirla dentro del Código de Preservación Patrimonial para asegurar su protección. Por ello, la vivienda está protegida por ordenanza municipal. 

 

Sobre un costado de su fachada se colocó pocos años atrás una placa homenaje a Agustín Pujol, por la calle que lleva su nombre. Ahora, sobre otro costado, quedó colgado un cartel de alquiler del inmueble. 

 

Azcárate nació en España y llegó al país en 1907. Tenía 24 años cuando arribó a Madryn junto a una tía y, como su familia tenía tambo en tierras españolas, aprovechó esa experiencia para prosperar en su nuevo hogar. 

 

Compró vacas y trabajaba ordeñando en la casa del cliente, a la vista del mismo. El pueblo fue creciendo y él acompañó con más animales la demanda, siempre vestido con uniforme blanco y andando en una vagoneta, un  recuerdo dejó en los hijos de los primeros pobladores en su  época de lechero. En un negocio en el que proveía leche conoció a su compañera de vida,  Epifanía García  Robles, junto a quien tuvo seis hijos: cuatro mujeres y dos varones. Con el tiempo el tambo quedó en el centro de la ciudad y lo trasladaron a La Loma, a la casa que en las últimas horas fue vandalizada. 

 

Finalmente, Azcárate cambió su profesión y comenzó a trabajar en la Municipalidad. Falleció en 1945 y durante un tiempo funcionó en la vivienda en cuestión, declarada después patrimonio histórico local, un bar que se llamaba «Quita Penas» y cuyo propietario era Epifanio Azcárate.
 

 

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