Puerto Madryn

El básquet de Chubut está en crisis

Por: Gustavo Gómez 

por REDACCIÓN CHUBUT 22/06/2025 - 20.26.hs

Gonzalo Quintar, presidente de la ABECH, fue suspendido por seis meses.

El básquet del Chubut atraviesa uno de sus momentos más complejos en años. Se trata de una profunda crisis institucional, de conducción y de sentido común. La palabra “crisis” no es una exageración, es apenas una descripción realista de lo que se vive en la actualidad: sanciones, roces internos, decisiones que tensan el vínculo con los clubes y un escenario cada vez más desdibujado.
En las últimas semanas, dos sanciones de peso sacudieron el tablero. Por un lado, la Resolución 05-2025 de la Federación de Básquet del Chubut, que aplicó una suspensión de seis meses al presidente de la ABECH, Gonzalo Quintar, por un cúmulo de hechos graves: violencia verbal, resistencia a la autoridad, expresiones sexistas hacia una oficial de partido y desobediencia a órdenes arbitrales. La gravedad institucional no solo está en los motivos de la sanción, sino en lo que vino después: un video que se viralizó en las últimas horas muestra a Quintar presenciando un partido de formativas en el club Huracán, oculto tras una puerta, infringiendo de forma directa la suspensión. La imagen es simbólica, desafortunada y triste. El presidente de una asociación que debe marcar el rumbo, eludía una sanción en lugar de dar el ejemplo.
Por otro lado, la Resolución 012-2025 de la misma Federación impuso una suspensión de cuatro meses al árbitro comodorense José Luis Bova. La sanción también impide su presencia en recintos deportivos, y exige la aprobación del curso “Violencia 0” como condición para su rehabilitación.
Esta medida generó un cimbronazo dentro del estamento arbitral, aunque no necesariamente por rechazo. De hecho, tanto en Comodoro como en el valle, hubo más de un suspiro de alivio. Muchos árbitros –aunque en voz baja– reconocían hace tiempo los destratos y actitudes reprochables de Bova, aunque hasta ahora habían optado por el silencio. 
Pero la preocupación no termina ahí. Los clubes de la Abech viven con creciente angustia cada decisión que se toma sin consulta ni consideración por su realidad económica. La reciente exigencia de arbitraje con tres jueces por partido en todas las categorías durante instancias finales fue un punto de quiebre. 
El aumento no fue solo en la cantidad de árbitros, también en los costos: por cada partido de playoffs, un club debe afrontar $213.400 en concepto de arbitraje y comisionado técnico, a lo que se suman $61.500 por la mesa de control. Casi $275.000 por encuentro. Insostenible. La presión de los clubes logró que se limitara la medida a las categorías mayores, pero la incomodidad y el descontento persisten.
En este contexto, el vínculo entre ciertos referentes arbitrales de la zona y el presidente sancionado de la ABECH se percibe como excesivamente estrecho. 
Para muchos clubes, hay un “doble comando” de hecho, donde los arbitros tienen una injerencia desproporcionada en las decisiones estructurales del torneo. Que los árbitros tengan voz es sano. Que esa voz condicione el funcionamiento del básquet regional, no.
El básquet provincial no necesita más silencios incómodos ni sectores atrincherados. Necesita autocrítica, honestidad y voluntad de cambio.
Y si el básquet está caído en un pozo –como muchos lo sienten– lo último que podemos hacer es seguir tirando tierra encima.
 

 

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