Tiene una fuerza interior que le permite sobreponerse a todas las adversidades. Vivir en Buenos Aires no es para nada fácil, más cuando su familia está en la cordillera. Su madre, quien vive en El Bolsón, trata que nada le falte. Pero en tiempos de crisis, todo se hace cuesta arriba.

Luisiana Flores, conocida como “Luchi” se fue de Esquel con las valijas llenas de ilusiones. Su destino fue Independiente de Avellaneda, pero no la trataron bien. Más precisamente la destrataron. Prácticamente, ni jugó y le dijeron que se busque club, que se vaya, que no la iban a tener en cuenta. Un espanto. Cero de humanidad.

Justo en su primer año en Buenos Aires, donde le metió el cuerpo y el alma al fútbol, Independiente no la trató bien.

Y ahí se hizo fuerte. No quería regresar a Esquel con la cabeza marchita y con el corazón dolido. Un paso por Sportivo Barracas y la llegada a Chacarita Juniors, al Funebrero de San Martín.

El primer año estuvo en la reserva y se ganó el premio de la “jugadora revelación” del club y ahora su sueño es dejar a “Chaca en lo más alto”.

Se siente bien, contenida, protegida y cuidada. Claro que no puede regalar nada y sabe que tiene que “ser mejor cada día”. El fútbol femenino en Buenos Aires está muy desarrollado, hay diversas categorías y una competencia permanente.

El equipo Funebrero está compuesto por 34 jugadoras. Hay que ganarse el lugar con juego, corazón, alma y vida.

Ahora arranca su cuarto año en la ciudad de la furia y comienza su segunda temporada en Chacarita “un club al que quiero un montón”.

“Yo no puedo estar sin el futbol, me vine a probar a Chacarita y quedé. Acá me dieron la confianza en Independiente no tenía”.

Por el momento no está trabajando, aunque si ya lo hizo. Su mamá hace un esfuerzo enorme para que su hija progrese en lo que más le gusta que es el fútbol.

Claro que la vida no es “solo la pelotita”. Luchi ya terminó la carrera de pastelería (bah, le falta una materia) y comenzó a estudiar la Licenciatura en Turismo.

En Buenos Aires tiene todo por hacer. Quiere quedarse allí porque también en esta mega ciudad se respira futbol.

A veces extraña Esquel y siempre está agradecida a María Laura Hernández, quien le permite entrenar en Belgrano cada vez que “Luchi” viaja a la Cordillera.

“Estoy segura que si alguna jugadora de Belgrano de Esquel se viene a probar a Buenos Aires podrá entrar en algún equipo grande” destacó, además.

Es amiga de Valentina Leguiza, quien está en la reserva de Boca. Ojalá puedan jugar juntas en un mismo equipo. Se enfrentaron dos veces, la primera fue solo “para la foto” porque tanto Valen en Boca y Luchi en Independiente, justo ese día jugaron poco. También se cruzaron al año siguiente en un partido amistoso entre Boca y Sportivo Barracas.

Arranca su cuarto año en Buenos Aires. Y para este 2025 su gran objetivo es dejar a Chaca en lo más alto posible. Ya está fichada en la primera división y el ascenso con Chacarita es su gran objetivo.